Anatomía del perfume de autor: las familias olfativas

por Regia

El efecto del perfume depende de su categoría. Las fragancias están divididas en dos grupos, que no solamente nos dan idea de sus componentes, sino también de su impresión. Por ejemplo: los perfumes de flores suaves refrescan; los de cítricos, los verdes y los modernos revitalizan y estimulan; y los perfumes de especias, los florales dulces y los orientales almizclados relajan. Hay categorías generales, aunque nada es sencillo en relación con la fragancia; al igual que ningún aroma proviene de una sola esencia, algunas veces no se obtiene una sensación de conjunto. En un perfume fuerte pueden encontrarse notas subyacentes de mayor suavidad, así como unos tonos vivos pueden reforzar un aroma cálido y suave. Como orientación, daremos las siguientes categorías.

  • Florales

Los perfumes florales simples son los que dan la esencia de una sola flor. Lo que no quiere decir necesariamente que el aceite de esencia utilizado provenga sólo de esa flor determinada. En general, cuando el perfumista quiere conseguir la fragancia natural de una flor, combina una serie de esencias diferentes para producir el efecto de la flor.

Existen también perfumes que son auténticos ramilletes florales, en los que varias flores de esencias aromáticas o sintéticas se combinan armoniosamente Algunas veces predomina una sola nota, aunque también pueden distinguirse otras.

Normalmente las flores específicas no son fáciles de reconocer. Estos perfumes florales son con frecuencia ligeros y refrescantes; algunos, sin embargo, pueden ser muy dulces.

  • Cítricos

Estos son perfumes en los que predominan las notas de naranja, limón y bergamota. Son especialmente agudos, frescos y estimulantes, no sólo para quienes los usan, sino también para los demás. Son ideales para refrescar el cuerpo y perfectos para las mujeres con piel muy grasa.

  • Verdes

Como el nombre indica, estas fragancias son esencialmente frescas y naturales, vigorosas, limpias y secas. Maderas muy aromáticas de climas templados, como el pino y el cedro, se combinan con musgo, helechos, hierba y tallos de flor.

Tienen un carácter más fuerte que los florales, pudiendo ser bastante picantes. Las mezclas son combinaciones de esencia de canela, clavo, vainilla y jengibre, con las flores más exóticas.

  • Dulces

Son, en su mayor parte, combinaciones florales hechas con las más penetrantes fragancias de flores; jazmín, nardo y gardenia. Pueden ser muy dulces y conviene usarlos con mucho cuidado, pues tienden a acentuarse al poco tiempo, especialmente si el metabolismo de la piel de quien los use reaccionan de esta forma, y las demás personas suelen apreciar esto más que quien lleva el perfume.

  • Orientales

Son fragancias muy ricas y de mucho cuerpo, teniendo como base maderas y hierbas orientales muy aromáticas como el sándalo y esencia de musgo, ámbar gris y algalia. Son los perfumes más seductores; tienen un atractivo distinto para cada persona, ya que pueden resultar algo exóticos para alguien y demasiado para otros.

 

El hombre y la elección de su fragancia

No es fácil elegir un nuevo aroma. La oferta de las “fragancias de autor “es tan generosa, que es frecuente salir de la perfumería con el tuyo. Llevar un perfume determinado es nuestra tarjeta de identidad más secreta. Sugiere sutilmente nuestra personalidad, lo que somos y lo que querríamos ser. Para descubrir el tuyo, o cambiarlo, déjate guiar por estas sencillas reglas.

Permanecer fiel a un perfume sólo es válido hasta que te enamoras de otro. A la hora de adquirir una nueva fragancia no debes ir perfumado. Ni siquiera llevar alguna crema con fragancia o una ropa que lo ha estado.

El perfume hay que comprarlo sin prisas. Jamás debes oler directamente del frasco, porque el alcohol que exhala ataca al olfato y anula las notas olfativas diferenciadoras. En las mejores perfumerías disponen de unos cartoncitos alargados que se impregnan con el perfume.

Colócalos a unos centímetros de la nariz y aspira. Si tu olfato es normal, no será capaz de procesar más de tres aromas seguidos, ni siquiera aunque dejes unos segundos de intervalo entre uno y otro. ¿La razón?

Sencillamente, el olfato se satura. Lo mejor es probarlo sobre la piel, vaporizando una pequeña cantidad en la parte interior de la muñeca; para probar un segundo perfume, utiliza la otra.

Un error demasiado frecuente supone mezclar distintos aromas: lavarse o ducharse con un jabón o gel que huele intensamente, usar un desodorante a base de extracto de pino, El resultado no puede ser más confuso. Una buena alternativa es combinar con el perfume unos desodorantes o jabones de discretísimo olor.

 

Para no fallar

Un consejo que nunca falla para aquellos hombres que no poseen el don de un olfato sensible:

Elige un eau de toilette para las actividades cotidianas – trabajo, deporte, estudios – y una fragancia más intensa para las ocasiones especiales: cenas, fiestas o encuentros interesantes.

Lo ideal sería un juego de cuatro perfumes, dos de tipo deportivo (uno de invierno y otro de verano) y dos de vestir, pero razones de presupuesto advierten que un mínimo de dos perfumes resulta suficiente.

 

[Artículo publicado en la revista Regia, segunda parte]

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