La Composición de un Perfume

por Regia

Por Rosendo Mateu, Maitre parfumeur – PRFM Olfactive Expressions

En el laboratorio de un perfumista encontramos miles de ingredientes o elementos de olor en general líquidos, pueden ser también sólidos en forma de polvo o de aspecto pastoso – ceroso que proceden de la naturaleza y que en forma de aceites esenciales, concretos, resinas o absolutos se obtienen por destilación con vapor de agua a partir de plantas aromáticas, flores, especias, raíces y semillas. Los concretos y absolutos se obtienen mediante extracción con disolventes orgánicos.

Los concretos son la parte soluble en disolvente orgánico (hexano, butano…), poseen un olor muy fiel a la materia de la que partimos y muy estable con el problema de que son muy poco solubles en alcohol y provocan precipitados que dificultan la elaboración de los productos hidroalcohólicos habituales en perfumería.

Los absolutos son mucho más solubles, más nobles, ricos y fáciles de utilizar.

El número de ingredientes naturales es de unas 300 materias primas que, con los diferentes países de origen, diferentes formas de obtención y diferentes calidades representan una gran cantidad. La investigación y fabricación de ingredientes sintéticos es aún más importante en número de ingredientes (varios miles), presentes o no en la naturaleza. Algunos son compuestos orgánicos aislados de materias o esencias naturales (Citral de lemongrass, citronellal de la citronela, eugenol de la esencia de clavos). Otros son enteramente obtenidos por síntesis química.

Muchos de los ingredientes sintéticos tienen un olor que recuerda las esencias o referentes naturales. La vainillina descubierta en 1876 es una molécula que, en gran cantidad, está presente en la vainilla natural y su olor la recuerda mucho.

También muchos ingredientes sintéticos no están presentes en la naturaleza y su olor puede o no recordar ingredientes naturales.

Expresar una idea determinada en forma de olor mediante la composición de ingredientes o elementos de olor es la labor del perfumista compositor de perfumes.

El perfumista conoce y sabe cómo debe combinar olfativamente los diferentes ingredientes e imaginar cuál puede ser el resultado de añadir un elemento tras otro hasta conseguir equilibrar la combinación y poner en valor el acorde que dará la firma y la personalidad a la fragancia, consiguiendo que la misma sea reconocible y resulte atractiva para la persona que la utilice y se sienta identificada con su olor, que pueda llegar a formar parte de su personalidad como su segunda piel y aura personal.

La creación de un perfume es una tarea similar a otras formas de expresión y comunicación de ideas. Nos encontramos frente a una hoja de papel en blanco donde inicialmente hemos de anotar toda la información disponible respecto a los objetivos a cumplir por la fragancia a componer: sus principales características, emociones que debe suscitar, evocaciones, asociaciones de ideas y conceptos de ambientes, estilo, personalidad…

Es importante formular ciertos acordes bases que respondan a su posible utilización en la composición; ingredientes que encontremos adecuados, naturales, sintéticos, bases…

Reproducciones de olores de ambientes, paisajes, estaciones del año, asociaciones con otros sentidos, actividades…, efectos psicológicos y personales como atractivo, sensualidad, recuerdos, nostalgia, infancia…

Al crear una fragancia podemos crear módulos o bases que puedan servir para introducir efectos y modificadores a nuestra estructura principal.

Las estructuras básicas que formulemos tendrán unas características que se mantendrán a lo largo del proceso creativo. Es imprescindible un conocimiento de las posibles estructuras o esquemas, dado que condicionaran mucho el estilo de nuestra composición.

De más frescor y volatilidad a las más potentes y persistente, tenemos:

Estructuras de frescor desde aguas de colonia, aguas frescas cítricas, aguas frescas florales, aguas frescas acuosas o marinas…

Todas ellas con mucha nota de salida, cuerpo o nota media ligeros, transparente, notas frescas de muguet o lirio de los valles, flores blancas frescas de madreselva, pétalos de jazmín, de rosa… Fondo o notas de base que no interfieran con el frescor general de la fragancia… Notas suaves de madera y fijadores de musc o almizcle blanco que no deben aplastar con su persistencia la volatilidad de la fragancia.

Estructuras de frescor natural agreste aromático asociadas al olor de bosque Mediterráneo, a ciertas plantas aromáticas… Aguas de lavanda, notas de “fougere” helecho, bosque que desde 1930 se utilizan en fragancias para hombre, “fougere” especiado, “fougere” aromático y frescor aromático…

A principio del siglo XX, clásicas aguas de lavanda con una importante nota de salida de notas lavanda, espliego… Aromáticas con romero, tomillo, y salvia. Nota media floral fresca con hojas de geranio y fondo con el acorde musgo de encina – pachuli y nota tabaco de cumarina (habas tonka). Con tan solo 5 ingredientes bien dosificados y en buena combinación se logra una nota “fougere”: lavanda, geranio, musgo de encina, pachuli y cumarina, característica de notas de principios del siglo XX. Nota muy utilizada en jabones en España y en el mercado internacional, también en lociones para después del afeitado con variantes mentoladas.

Variantes de este esquema con nota especiada y oriental (vainilla) son referentes clásicos en perfumería masculina.

En los años 70, una evolución aromática (artemisa y hojas de cedro), notas especiadas, nota cuero combinada con nuevos fijadores de musc presenta un referente importante (Paco Rabanne pour Homme) que tiene gran éxito internacional y consigue gran consumo por parte del hombre en fragancias… En estos 50 años el crecimiento en perfumería masculina ha sido constante. No obstante la perfumería femenina sigue siendo más importante.

Frescor cítrico es una estructura que presenta una evolución sobre el fougere aromático, a principio de los 90 con variantes más frescas, cítricas, neroli, lima, bergamota.

Nuevos ingredientes sintéticos con aspectos lima (dihidromircenol) y a la vez muy persistentes en la piel con fijadores de olor ámbar – tabaco en dosificaciones muy elevadas (ambroxan). Este estilo de fragancias limpias, frescas y persistentes se mantienen y utilizan en estos últimos 25 años. Un claro referente de este estilo es Cool Water (Davidoff).

Frescor acuoso, marino, ozónico es una variante sobre el frescor cítrico, frescor aromático, en frescor floral…

Son notas transparentes, limpias, que han aportado un nuevo estilo en fragancias femeninas y masculinas a partir de ciertos ingredientes de olor que recuerdan el mar (Calone). Referentes Kenzo pour Homme y Eau d’Issey Miyake.

Estructuras florales con salida fresca pero suave a bergamota, naranja dulce o amarga que nos sirven para dar volatilidad a las notas medias o de corazón florales como principales en la personalidad de este estilo de fragancias.

Las notas florales en sus infinitas combinaciones o variantes constituyen el capítulo más importante en la perfumería femenina.

Notas soli-florales donde el olor de una flor es dominante en la composición. Una flor muy rica en variantes en la naturaleza como la rosa da carácter y personalidad a gran cantidad de fragancias…

Variantes de rosa con notas verdes de violeta, notas frescas metálicas, de pétalos pimienta rosa, acuosas marinas, de frutos exóticos, notas cremosas cosméticas, apolvadas, orientales vainilla, especiadas a clavel… La naturaleza y también la perfumería nos ofrecen el olor a la flor de la rosa en múltiples variantes.

Como soli-flores podemos encontrar el muguet o lirio de los valles, el jazmín, la tuberosa o nardo, jacinto, clavel, narciso, madreselva…

Los florales más habituales nos presentan la nota floral en forma de “bouquet” de dos, tres o más flores con diferentes matices: verdes, aldehídicos, especiados, damasconas (rosa, ciruela), iononas (violeta-fressia), lilas, madreselva, ylang ylang, magnolia, gardenia, osmantus, lotus…

En las notas florales combinan muy bien las notas frutadas etéreas como la pera, melón, sandía, que aportan un frescor acuoso interesante. También notas de frutas exóticas como cassis, maracuyá, papaya, lichis…

Con notas dulces lactónicas a frutos rojos como el coco, frambuesa, fresa, mora, que dan atractivo a las notas florales. No deben enmascarar o neutralizar el carácter floral de la fragancia.

Como variantes de las notas florales frutadas encontramos las notas de efecto poli sensorial, gustativo o goloso con notas o aromas de caramelo, de nube de azúcar, dulce de leche o cacao chocolate. Gran referente de esta variante gustativa es Angel de Thierry Mugler.

Avanzando desde las estructuras o esquemas más frescos y ligeros a más persistentes empezaremos con esquemas donde el carácter y personalidad lo encontramos en las notas de fondo o de base. Un esquema clásico y de los más antiguos es el chipre basado en un acorde sencillo de musgo de encina con ámbar (labdano o resina de jara) y patchuli esencia. Notas de salida frescas con no demasiado carácter para dejar oler el acorde de fondo chiprado, la bergamota, naranja dulce o amarga, mandarina amarilla…, nota media floral principalmente rosa, jazmín…, y modificadores frutados, dulces, gustativos e incluso orientales (a vainilla), de forma que los modificadores no neutralicen el acorde principal del esquema.

Las notas más persistentes y de marcado carácter de fondo son los esquemas Orientales que sugieren ambientes y olores de Oriente Medio o de lejano Oriente.

Ingredientes de maderas y resinas exóticas como el Patchuli (esencia destilada de las hojas de un arbusto, secas y fermentadas en Indonesia), madera de sándalo de India, incienso y mirra de Somalia, benjui de Siam, Habas tonka de Venezuela, bálsamos de Peru, madera de guayaco y el principal olor en fragancias orientales: la vainilla de las islas de La Reunión o Madagascar… Notas muy intensas, difusivas y de gran persistencia.

Es muy importante en este tipo de estructuras trabajar en un claro acorde de base y evitar que la gran potencia de cada ingrediente no se neutralicen entre ellos.

Debemos saber que en perfumería 1 + 1 puede dar un olor neutro, confuso y como resultado muy inferior al esperado 2 o 3. A veces 1 parte de un ingrediente + 0,3 partes de otro ingrediente muy diferente en olor podemos encontrar un resultado muy positivo y sorprendente de 3, 4 y 5 en potencia, vibración y percepción del olor.

Estas técnicas y experiencias son posiblemente una de las partes más difíciles de dominar y es preciso trabajar mucho en ensayos y comprobaciones para tener la intuición y conocimiento necesarios (oficio).

Las estructuras han de tener vibración, contrastes y poseer una evolución constante en la personalidad y carácter de la fragancia desde el inicio de su nota de salida hasta sus notas más persistentes sobre la piel. La percepción de la fragancia y su difusión y aura en el ambiente ha de ser mantenerse durante las horas que se mantenga en la piel.

Evitar notas confusas, “mezcladas” grises, aplastadas… El olor más o menos agradable tiene poco valor. Su personalidad ha de ser reconocible, característico, inconfundible, confortable para quien utiliza la fragancia y poseer un atractivo especial para las personas de alrededor.

Estas notas o apuntes no pretenden ofrecer un manualo método para componer perfumes, pero si comentar algunas conclusiones de mi experiencia como perfumista y que su lectura aporte vocabulario y terminología en un tema que se conoce poco como es la cultura del olfato y de la perfumería. El entrenamiento y conocimiento básico para un joven perfumista es de 3 a 5 años.

Actualmente existen centros de enseñanza en control olfativo, evaluación de fragancias y en composición de perfumes en Versalles (ISIPCA), en París (Ecole superieure de Parfumerie) en Grasse – Francia (Ecole de Prodarome), Montpellier…

Es importante el poder trabajar con un perfumista con experiencia después de unos estudios básicos en uno de estos centros, para aprender un oficio tan complejo y de tantas aplicaciones.

Conocimiento del olor de los ingredientes naturales, sintéticos, bases de olor más importante. Olor de acordes clásicos con 2, 3, 4 y 5 componentes y creación de nuevos acordes. Estudio de las principales estructuras clásicas y actuales (esquemas de formulación). Evolución, modificación y creación a partir de estas estructuras con módulos o modificadores de diferente olor.

Aplicación de perfumes en diferentes soportes: aceites, jabones, cosméticos, geles de baño, desodorantes, productos afeitado, ambientadores, velas perfumadas…

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