Perfumería, perfumes y perfumistas (III)

por Regia
Perfumería, perfumes y perfumistas (III)

[Continuación de la segunda parte del artículo publicado en la Revista Regia]

1970, grandes cambios: la juventud gana protagonismo. La mujer reclama su lugar laboralmente dentro de la sociedad. Naturaleza espontánea. Se utilizan nuevas moléculas de olor verde fresca en la perfumería y se cambian patrones convencionales.

Paco Rabanne con Calandre, Metal y especialmente con Paco Rabanne pour homme que reinventa el fougère clásico masculino y consigue un éxito espectacular internacional y también que el hombre finalmente se perfume, dado que esto gusta a las mujeres. Charlie de Revlon es un gran éxito mundial de un concepto de marketing bien apoyado con una fragancia floral, ciprés, afrutada. Chanel 19 con nota verde, floral, iris y fondo suave de madera, cuero. Anaïs Anaïs de Cacharel, bouquet romántico de flores blancas. Opium contrasta en este periodo por su potencia e intensidad con una nota oriental que seguirá como tendencia.

En Estados Unidos, Polo de Ralph Lauren, fougère, verde, madera. Aromatics Elixir de Estée Lauder, acuerdo rosa, madera, con mucha personalidad, difusión y muy atractivo.

1980: los perfumes potentes, con mucha personalidad y difusivos marcan estos años como Giorgio de Beverly Hills. Poison de Christian Dior es el lanzamiento más importante dirigido a todo tipo de mujer …

Carolina Herrera presenta su primer perfume con su imagen elegante de Nueva York y una rica olor de jazmín y nardo. Obsession de Calvin Klein, madera oriental con salida fresca verde; Must de Cartier, oriental, floral, jacinto; Samsara de Guerlain, extraordinaria composición de sándalo oriental; Ysatis de Givenchy, floral gardenia con fondos ciprés, musc; La Nuit de Paco Rabanne, ciprés, floral, musc; Aire de Loewe, nota floral rosada con maderas y musc. Paris de Yves Saint Laurent, original nota floral de rosas. Como fragancias masculinas, Quorum de Puig, contraste entre frescura mediterránea y notas ciprés, cuero; Drakkar Noir, con su nota aromática fresca y potente; Kouros de Yves Saint Laurent, floral, madera, ciprés, musc. A finales de los 80, Cool Water de Davidoff, con una nota fresca verde muy confortable y un fondo con marcada nota ámbar y tabaco presenta una importante diferencia en toda esta década de intensidad y de notas cálidas.

1990: como reacción a los perfumes tan potentes al tiempo cálidos de la década anterior, se produce un giro importante hacia la frescura limpia de té verde unisex dirigido a la gente joven, pero que gusta y se mantiene. Notas cítricas que nunca se habían aceptado bien en Estados Unidos con un concepto de poca perfumería, la marca CK One de Calvin Klein consigue un éxito internacional muy importante.

También la búsqueda de notas acuosas, puras, marinas; Eau d’Issey Miyake, nuevo acuerdo de rosa con nota acuosa sumamente difusivo pero diferente al perfume tradicional; 212 de Carolina Herrera, floral, transparente, de gardenia, peonía, con fondo sensual de musc; Pleasures de Estée Lauder, jardines en rosa, muguet y verde primavera; Trésor de Lancôme, de nuevo la rosa como protagonista floral, esta vez con madera y musc. Como nota floral difusiva interpretada en rosa, jazmín, violeta y tuberosa, J’adore de C. Dior; Jean Paul Gaultier, clásica, floral, flor de naranjo especiado y oriental, vainilla.

Una fragancia totalmente diferente de esta etapa y, incluso, sin precedentes en su nota característica es Angel de Thierry Mugler: su sorprendente nota gustativa a caramelo, asociada a recuerdos de golosinas de infancia, marcó una tendencia que tardó en ser aceptada internacionalmente, pero que, en los últimos diez años, se ha convertido en una realidad de éxito con evoluciones afrutadas, florales, orientales, ciprés… Todas con el efecto apetitoso, atractivo y gustativo, interpretado en femeninos y masculinos. Dentro de las fragancias masculinas, Herrera for Men de Carolina Herrera, frescor cítrico muy refinado, pimienta verde, sándalo, tabaco y musc; XS pour Homme, nuevo fougère fresco con un sensual fondo musc; Eau d’Issey pour Homme, con un original acorde marino, madera y musc; 212 Men que aparta completamente de las notas fougère masculinas introduciendo la nota floral para hombre en combinación con notas especiadas y musc; Acqua di Gio pour Homme, nota acuosa, marina, floral, musc. Le Male de Jean Paul Gaultier evoluciona la nota fougère hacia un estilo oriental sensual.

Estas dos últimas fragancias han ido alternando posición de liderazgo del mercado internacional durante años. Feminité du Bois de Shiseido interpreta ambientes de Marrakech con notas aromáticas especiadas, incienso, madera del Atlas, ciprés, afrutado, muy fácil de reconocer.

Hasta aquí, una revisión importante, bajo mi juicio, de legendarios y grandes clásicos que a duras trabajos conocí, y también de las fragancias que han estado en mi entorno y mi empleo principal como perfumista de estudio, de evaluación y de formulación a partir de 1970; de la evolución constante de lo que fueron importantes mercados locales y de lo que finalmente se logra dentro de las grandes marcas como un éxito mundial. Me parece adecuado que deje al tiempo hacer su trabajo y termine este incompleto trabajo de mencionar lo que han sido para mí grandes referentes hasta el año 2000.

Merecen la distinción de clásicos las buenas fragancias que se mantienen con el paso del tiempo.

Sabemos que buenas fragancias han desaparecido, pero un perfume que no consigue que el consumidor la adopte y utilice frecuentemente no consigue de ninguna manera llegar a ser un clásico y un referente dentro de nuestro oficio.

[Artículo publicado en la Revista Regia y dividido en tres partes, escrito por Rosendo Mateu]

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